El juego de plataformas infernales
Cloudberry Kingdom es un juego con un único objetivo: hacerte sufrir. Y lo consigue. Es un juego de plataformas muy intenso, de dificultad infernal, control ajustado y con niveles infinitos creados aleatoriamente. Cloudberry Kingdom lleva al extremo tus habilidades con el mando y la sincronización “ojo-dedos”. Es un juego duro incluso para los jugadores más experimentados. ¿Estás preparado?
Millones de trampas volando por la pantalla
Cloudberry Kingdom es un juego de plataformas muy peculiar. No tiene una progresión clásica, al estilo Super Mario Bros. o similares, sino que los niveles son desafíos cerrados, que empiezan y terminan en ese mismo momento. Las fases se suceden a velocidad de vértigo y suelen durar unos 5 segundos, si tienes la habilidad suficiente para cruzar el mapa sin parar.
Claro que lo difícil es llegar a la meta. Mil y un obstáculos se interponen en tu camino, objetos y trampas que se mueven en una extraña sincronía que tendrás que entender e interiorizar para lograr superarlas. Cloudberry Kingdom es como una pista americana, con cientos de objetos puntiagudos, plataformas móviles, láseres, péndulos de la muerte, sierras… todo se mueve a la vez por la pantalla con intención de matarte, y lo normal es que solo haya un pequeño hueco libre, el único camino por el que puedes pasar.
Cloudberry Kingdom va más allá del “juego hardcore” o difícil. Es un desafío audiovisual que pone a prueba tu sangre fría, tu capacidad de concentración y habilidad con los dedos. Puede que los primeros niveles sean asequibles pero te aseguro que en las fases superiores hay decenas (o cientos) de cosas moviendose por la pantalla. ¿Cómo puedes verlo todo? Pues te lo digo yo: no puedes.
Sin embargo, a medida que juegas, Cloudberry Kingdom va curtiendo tus sentidos. Es inexplicable pero cada fase superada es un entrenamiento para el siguiente nivel. Además el juego aumenta la dificultad poco a poco, la progresión es siempre ascendente y llegará un momento en que te sorprenderás al superar fases que en un principio te parecían inhumanas.
Los niveles son generados proceduralmente, es decir aleatorios. Esto tiene un pequeño inconveniente y es que, aunque el juego gradua bien la escalada en la dificultad, a veces no calcula bien y te mete un nivel demasiado difícil comparado con el resto que venías haciendo.
Cloudberry Kingdom es literalmente infinito, así que para desbloquear los diferentes modos de juego utiliza un sistema de experiencia. Cuantos más niveles superes del tirón más extras desbloquearás. Por ejemplo: hay nuevos personajes con otras habilidades, como doble salto o un jetpack para volar unos segundos.
Sin complejidades
Aconsejo jugar a Cloudberry Kingdom con gamepad para obtener el máximo de precisión. Además los controles son mínimos: Izquierda, derecha y botón de salto. No hay complejidad en el control porque el juego quiere que prestes la máxima atención a la pantalla.
Algunos personajes desbloqueados tienen habilidades que te exigen pulsar dos veces el botón de salto, o mantenerlo pulsado. Pero no hay nada realmente diferente a otros juegos similares.
Colorido pero también repetitivo
Gráficos sencillos, de “aspecto flash”, pero muy bien animados. El juego tiene varios tipos de escenarios que se sirven del fuego, hielo, montañas y otros temas para crear variedad visual. No afectan a la partida y se agradece esta variedad. De todos modos, aunque colorido, Cloudberry Kingdom se vuelve repetitivo tras unas cuantas partidas.
El sonido es correcto, y la banda sonora encaja muy bien con el frenetismo que ves en pantalla. Aunque hay pocos temas musicales.
Conclusión
No se puede negar que la propuesta de Cloudberry Kingdom es algo transgresora dentro del género de plataformas. Ahora bien, es un juego demasiado difícil para el gran público, lo que le quitará fama y repercusión. Además, el sistema de juego es limitado por sí mismo: sin un objetivo más allá que superar los desafíos aleatorios, y unos modos de juego que no se alejan mucho de la propuesta inicial, el juego pierde fuelle a las pocas horas.
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